"El que no vive para servir, no sirve para vivir" - Papa Pablo VI
Soy un peregrino pobre y perdido
Sufro caminando las calles calientes
Tengo hambre, sueños, y dolor
Deseo ver a mi esposa, a mis hijos, a mis padres
Son un pueblo perdido y pobre
Sufren de una enfermedad que les engaña
Por el Individualismo, el Egoísmo, el Capitalismo
El Materialismo, el Consumismo me explotan
Lanzas que hieren el Espíritu de mi Pueblo
Violentamente robando, desnudando, violando
Hasta que la voracidad me quita el corazón y muero
Soy una persona angustiada
con lágrimas lamento ésta pérdida profunda
Cayendo al sepulcro
abrazo al Señor, Jesús, y
a nuestro destino eterno
Pueden magullar mi cuerpo,
hacer ampollas a mis manos y pies,
quebrar mis huesos humildes
pero no pueden y no van a
vencer mi dignidad, mi ser
ni callar estes cuchicheos a Dios.
Soy el Señor y ando contigo
Te doy comida, descanso, y alivio
Te aseguro que por tu camino has ganado la Salvación
Soy el Señor y muero contigo
Oigo tus gritos, súplicas, y lamentos
Te aseguro que por tu muerte has ganado la Vida Eterna
Soy el peregrino esperando a la puerta
te pido escucharme, hospedarme, respetarme
Y así vas a reconocerme, a servirme, y amarme.
Sigo esperando.
por Antonio Borrow, S.J.
Este poema fue inspirado durante mi experimento noviciado con los Trabajadores Católicos de Casa Juan Diego. Durante este tiempo, viví, comí, y tuve el privilegio de conocer much@s de mis herman@s que luchan para encontrar un trabajo digno en este pais para poder satisfacer las necesidades más sencillas de sus familias.